La desregulación en los distintos
mercados del mundo de la telefonia local, la emergencia de nuevas tecnologias
inalambricas, y el aumento en la demanda de nuevos servicios, han creado una
nueva oportunidad para los proveedores existentes y emergentes. Las pequenas y
medianas empresas han aumentado su demanda de servicios orientados a voz y a
datos, tales como acceso rápido a Internet, interconexión de redes de área
local, ATM, y líneas alquiladas. Al mismo tiempo, la industria de las
telecomunicaciones muestra un creciente interés en IP como una alternativa para
proporcionar servicios multimedia al usuario final. El servicio de distribución
multipunto local o LMDS (Local Multipunto Distribución Servicie).
LMDS aparece como una prometedora
tecnología de gran valor estratégico en el marco de las comunicaciones
inalámbricas de banda ancha. Su importancia se debe fundamentalmente a tres razones.
En primer lugar, los sistemas LMDS se pueden desplegar e instalar muy
rápidamente en comparación con las tecnologías homólogas basadas en cable e
incluso con relación a sus homólogas inalámbricas. Además, estos sistemas
pueden ser ampliados muy fácilmente con un nivel de riesgo realmente bajo, gracias
a la naturaleza intrínsecamente modular de su arquitectura. En segundo lugar,
LMDS permite el acceso a Internet de alta velocidad, tanto para el sector
residencial como para el empresarial, gracias a las técnicas digitales que se
han incorporado recientemente. Finalmente, esta tecnología presenta un
importante potencial como tecnología de acceso (especialmente compatible con
las redes de fibra óptica) para nuevos operadores que no dispongan de grandes
recursos financieros, así como para los CLEC (Competitivo Local Exchange Carrier).
Básicamente, LMDS es una
tecnología de comunicaciones inalámbricas de banda ancha que se inscribe en el
marco del multimedia y se basa en una concepción celular. De acuerdo con esta
filosofía, estos sistemas utilizan estaciones base distribuidas a lo largo de
la zona que se pretende cubrir, de forma que en torno a cada una de ellas se
agrupa un cierto número de usuarios, generando así de una manera natural una
estructura basada en células, también llamadas áreas de servicio, donde cada
célula tiene un radio de aproximadamente 4 kilómetros (como promedio), pudiendo
variar dentro de un intervalo en torno a los 2-7 kilómetros. Y como indica la
primera sigla de su nombre –L (local) –, la transmisión tiene lugar en términos
de distancias cortas.